Hoy el día prometia, las predicciones meteorológicas eran muy buenas (y de echo no fallaron) y nos reunimos unos cuantos con la intención de hacer una ruta costera que le habian comentado a Jandro. Y aunque ninguno la conociamos nos dispusimos a buscarla y realizarla...
En el punto de partida
Nos introducimos directamente en un bosque de eucaliptos
En el que a poco de entrar nos encontramos un tronco atravesado, este no fue problema, sin embargo el segundo ya era más gordo y no podíamos moverlo. En vista de que la cosa se estaba poniendo mal decidimos avanzar un poco caminando antes de aventurarnos a pasar el tronco a la fuerza, y creo que fue lo mejor que hicimos ya que el camino iba desapareciendo poco a poco, con lo cual decidimos dar la vuelta a las motos y retomar el track un poco más adelante
Nos vamos por carreta hasta el faro de Lastre (punto de reflexión del Doctor Mateo) donde tomamos unas fotos
Seguimos pisteando y llegamos a una bonita playa “Arenas de Moris” donde tomamos un refrigerio y nos despedimos de Luis y JLA que tenían que estar en casa para la hora de comer.
Continuamos la ruta Rodrigo, Jandro y yo, costeando hasta Ribadesella, donde ponemos como destino ver un pueblo que no conocíamos llamado Cuevas, en el que quedamos todos flipados con la inmensa cueva que había que pasar justo a la entrada del pueblo
Y allí nos encontramos con la carretera asfaltada más estrecha del mundo jajajaja
La que nos lleva hasta una pasarela encima del Sella
No nos atrevimos a cruzarla en moto, se movía demasiado y además no creímos que estuviese permitido, con lo que dimos la vuelta hacia el pueblo de Cuevas de nuevo
Allí tomamos una pista que subía una montaña con unas vistas espectaculares
Tras la pista llegamos a Arriondas, donde decidimos dirigirnos hacia Beleño haciendo una parada antes para comer. Ya en Beleño vamos a reposar un poco la comida al mirador con otras vistas muy guapas.
Nuevo destino, Sobrefoz, donde cogemos otra pista que nos lleva a un lugar paradisiaco, La Ermita de Ventaniella
Y tras muchos kilómetros y un día de lo mas espectacular, tanto por el buen tiempo, como por la compañía y los paisajes ponemos punto y final a la aventura, y como se suele decir; “cada oveja pa su redil”
V’sss